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EL VENADO DIVINO 2a parte

Los alcaloides son un grupo de substancias químicas que revisten especial interés por sus propiedades medicinales y su efecto sobre el sistema nervioso. De Lophophora williamsii se han extraído, hasta le fecha, 56 distintos alcaloides, con sus derivados de aminas. La mayoría pertenece a las feniletinaminas y a las isoquinolinas simples, biogenéticamente emparentadas (casi todos los alcaloides son biodinámicamente activos); la mezcalina es el mejor conocido y el principal agente que induce las visiones.


En el otoño de 1894, el Bureau of Etnology de EUA, recibió del Sr. Mooney, agente de los indígenas, una buena cantidad de yemas de mezcal (peyotes secos), y con ellos el Dr. W. Prenters y el Dr. P. Morgan iniciaron las investigaciones acerca de sus efectos fisiológicos en 6 personas que se presentaron como voluntarios para sus experimentos.


Relataré el primer caso:


Químico, 26 años de edad, 1.65 m de estatura y 57 kg de peso. El experimento tiene valor solo por el efecto notable de la droga sobre el cerebro, especialmente en los centros de la visión. No se registró nada acerca de los efectos sobre las funciones corporales. Se ingirieron aproximadamente 4 1/2 peyotes que pesaban todos cerca de 150 gr. Entre las 21 hrs. y 23 hrs. tres yemas de mezcal fueron masticadas lentamente y tragadas. Una ligera náusea se manifestó después de haber tragado la segunda yema; el malestar aumentó hasta la media noche y luego desapareció gradualmente.


La relación siguiente está tomada del informe del individuo, hecho en parte con las notas tomadas por él mismo:


A las 11 hrs me retiré a mi cuarto para acostarme; antes de hacerlo, percibí que al cerrar los ojos podía ver toda clase de dibujos con colores brillantes y cambiando constantemente. Estas visiones fueron tan agradables que desde luego decidí continuar el experimento y comí la cuarta y quinta yemas. Entonces siguió una serie de visiones deliciosas, tales como jamás la ha gozado el hombre en condiciones normales. Mi inteligencia estaba perfectamente clara y activa; el poder de concentrar mis ideas sobre cualquier determinante estaba ligeramente disminuído, sentado delante de mi bufete pude escribir mis sensaciones y experimentos.


Por la fama de alucinante, algunos famosos escritores desearon ellos mismos probar sus efectos, y es de notable importancia mencionar a este respecto al conocido escritor mexicano Fernando Benítez (1968), quien en su fascinante libro "En la tierra mágica del peyote" relata las ceremonias y rituales que los Huicholes realizan en honor del peyote. Nos habla de la descomunal región donde el peyote crece:


Esta región a la que los Huicholes llaman El Medio Mundo es una tierra santa descomunal. Ahí realizan los dioses sus hazañas creadoras en el tiempo originario, y apenas hay roca, manantial, charco, planta, caverna, abismo o cerro, que no estén ligados a un hecho místico o a un ritual complicado. Los Huicholes, como Cézanne, han recreado el paisaje, no con la voluntad estética, sino religiosa, aunque de igual profundidad y belleza. Lo que nosotros vemos como una piedra o como una planta, para ellos es un kakaullari, un ser sobrenatural que no resisitió las pruebas de la creación y al nacer el sol se quedó transformado en roca o en arbusto. Otras veces, una roca muestra las huellas del pie o de la mano de un dios; un agujero calcinado en lo alto de una montaña es el hueco que dejó el sol recién nacido al brotar...




Nos habla también de la peregrinación a Tierra Santa (San Luis Potosí), donde la planta crece para comulgar con ella, colectarla y llevarla a sus hogares, donde presidirá su vida diaria. Dice que se desarrolla siguiendo una serie de ceremonias rituales que principian con las fiestas de los elotes y de las calabazas y termina con la fiesta del maíz tostado. La primera es para elegir y preparar a los peregrinos; la segunda es de acción de gracias por el éxito de la peregrinación una vez realizada y por los dones concedidos.


Por último, me permitiré señalar algunos efectos de intoxicación del peyote, el cual puede presentar 2 etapas: La primera es de excitación general y de euforia; la segunda es un estado de calma, de tranquilidad con ligera paresia (parálisis benigna con trastornos o privación del movimiento, pero no de la sensibilidad) y cierta disminución de las facultades mentales; en esta última etapa se presentan las visiones coloridas.


El peyote, en casos de intoxicación, afecta un tanto las facultades mentales. Hay cierta dificultad de concentración, disminución de la capacidad de pensar y de la memoria, ligera dificultad para articular las palabras y substitución de una por otra; pero cuando la dosis de la droga no ha sido exagerada, el juicio, el sentido crítico, la voluntad y la memoria no se ven afectados cualitativamente. La inteligencia persiste clara, precisa y activa, y a veces con gran lucidez.


Un fenómeno que a veces se presenta es el desdoblamiento de la personalidad; algunos individuos experimentan una sensación de irrealidad, otros de una doble personalidad. Alguien narraba que la razón era lo único que percibía de su ser.


Aunque el peyote es una planta medicinal que contiene gran número de alcaloides que actúan sobre el sistema nervioso central y es útil en tratamientos psiquiátricos, su colecta y su consumo están terminantemente prohibidos por las autoridades mexicanas.


La mezcalina es una droga alucinógena, por lo que no recomiendo que se experimente con ella y se consuma, puesto que hay casos en que el individuo puede llegar a presentar alteraciones psicóticas

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